Envidia sana...

Complicidad

Acerco mi voz a tu oído y,
casi susurrando,te digo algo.

Después, te vuelves y me sonríes…

Sé que no me has entendido,
pero intuyes, por mi tono,
que se trata de amor.

Esc...

Ni siquiera se molestó en llamar , se quedó sola, una vez más, esperando su simulacro de amor; entonces descubrió lo más importante de su vida.

Para que todo cambiase no le hacía falta ni equipaje ni permiso alguno, tan sólo comprender que, desde siempre, ella había sido libre…

"Ensayo sobre la ceguera"(Fragmento)

"De la puerta del ala derecha empezaron a llegar voces anunciando que ya no quedaba sitio, que todas las salas estaban llenas, hubo incluso ciegos que fueron empujados de nuevo hacia el zaguán, exactamente en el momento en que, deshecho el tapón humano que hasta entonces atrancaba la entrada principal, los ciegos que todavía estaban fuera, que eran muchos, empezaban a avanzar acogiéndose al techo bajo el cual, a salvo de las amenazas de los soldados, irían a vivir. El resultado de estos dos desplazamientos, prácticamente simultáneos, fue que se trabó de nuevo la pelea a la entrada del ala izquierda, otra vez golpes, de nuevo gritos, y, como si esto fuese poco, unos cuantos ciegos despistados, que habían encontrado y forzado la puerta del zaguán que daba acceso directo al cercado interior, empezaron a gritar que allí había muertos. Imagínese el pavor. Retrocedieron éstos como pudieron, Ahí hay muertos, hay muertos, repetían, como si los llamados a morir de inmediato fuesen ellos, en un segundo el zaguán volvió a ser un remolino furioso como en los peores momentos, después la masa humana se fue desviando en un impulso súbito y desesperado hacia el ala izquierda, llevándose todo por delante, rota ya la línea de defensa de los contagiados, muchos que ya habían dejado de serlo, otros que, corriendo como locos, intentaban escapar de la negra fatalidad.

Corrían en vano. Uno tras otro se fueron todos quedando ciegos, con los ojos de repente ahogados en la hedionda marea blanca que inundaba los corredores, las salas, el espacio entero. Fuera, en el zaguán, en el cercado, se arrastraban los ciegos desamparados, doloridos por los golpes unos, pisoteados otros, eran sobre todo los ancianos, las mujeres y los niños de siempre, seres en general aún o ya con pocas defensas, milagro que no resultaran de este trance muchos más muertos por enterrar. "
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Confieso que,a menudo, la realidad me recuerda a este libro magnífico;tal vez porque todos, en algún momento, hemos creído que los ciegos eran los otros...

Sin contraindicaciones

Ponle un poco de dulzura a cualquier momento.
La calidez del alma la absorberá rápidamente.

La trilla diaria

Hace pocos días, escuche una frase que me dejó pensativa, quizás porque estoy de acuerdo con ella.

Dicha frase comentaba que no nos debíamos dejar influenciar por esas cosas que nos impactan sobre las que importan en verdad.
Esto mismo podríamos aplicarlo a muchas otras circunstancias en la vida.

Siento que a veces nos quedamos estancados en informaciones y situaciones que nos llaman la atención, nos alteran, nos seducen o nos desvían, concediéndoles un valor que no se merecen; mientras esas mismas cosas nos están haciendo olvidar otras que, de verdad, sí son importantes.

Es fácil manipular y, a la vez, permitir que nos manipulen las ideas, los sentimientos, las decisiones…
Nos gusta opinar, elucubrar, murmurar, imaginar; pero en qué escasas ocasiones reconocemos la importancia de la verdad en sí.

Cada día recibimos demasiada información, pero en nosotros está el saber decidir qué es lo verdaderamente importante, para no entrar a formar parte de esa ruleta de desinformación y manipulación que, al final, nos ofrecen, intencionadamente, tan impactante.
Separemos el grano de la paja,por muy difícil o duro que nos resulte realizar una buena trilla diaria...…

Cambios

Leyendo el blog de Carmen he llegado a saber que los fondos oscuros consumen menos energía,así que he hecho cambios en el blog, como podréis observar...
Hay que concienciarse que, granito a granito, podemos contribuir con algo...

Con ojos de niño...

Me gusta no perder la capacidad de asomarme al mundo y seguir descubriendo cosas nuevas. Poder seguir asombrándome con los colores, las formas, los sentidos, las personas…

Quiero encontrar una manera distinta de mirar cada día y poder decir “esto no lo sabía”, “esto no lo conocía” o “nunca lo había visto ni sentido”.

Me gusta intuir que tengo cosas por descubrir y aprender aún; no pensar que lo que pude experimentar durante mi vida fue ya suficiente.

Mis ganas permanecen aún intactas y quiero seguir mirando el mundo con mis ojos tan abiertos como los de un niño…

Palabras

Estamos a tiempo...

Tenemos ese don.
Podemos pintar el día de colores.
Aunque, tal vez, no te hayas dado cuenta todavía...

Un bicho raro

Siento, a veces, que no me gusta que observen mi piel, sino mi segunda piel; todos mis vericuetos internos, esa piel que no se muda tan fácilmente.
Así, no tendría que ir dando explicaciones y todos comprenderían cómo me siento y por qué razón.

En ocasiones soy como una adivinanza que nadie descifra, el puzzle del que todos se cansaron sin completar, un imperdible perdido.
Quizás un cero ignorado, una carta sin destino o una sonrisa no vista.
El “táchese lo que no proceda”, “vuelva usted mañana” o "reservado el derecho de admisión”.

Algunos días, sabedlo, me sumerjo en formol, como un exclusivo espécimen donado para la investigación de la ciencia,soy como una “rara avis” sin clonación posible.

Cuando me siento así, tan extraña, incomprendida y tan ausente; entonces, centro toda mi atención en buscar entre los libros de especies en peligro de extinción a ver si, por casualidad, allí aparece mi nombre.

El centro de mi vida

Probé a escribirte sin rodeos, intenté no darle más vueltas, ir cerrando círculos.

Pero todas las direcciones me llevaron al mismo lugar: una espiral sin salida…

Tal vez mis sentimientos sólo pueda expresártelos en una carta esférica...

Patitos feos

A veces sólo vemos un reflejo de lo que somos;
entonces nos sentimos blancos y bellos cisnes.

Cuando, en realidad, deberíamos ver reflejado
a ese patito feo que todos llevamos dentro…

Un cóctel exquisito

Hace unos años pasear por las calles de nuestras ciudades suponía, simplemente, encontrar caras que se parecían a nosotros mismos, maneras de vestir que nos resultaban familiares, ojos con la misma apariencia…

El aspecto de las personas que conviven a nuestro alrededor ha cambiado; ahora somos variopintos, diversos, interraciales…

Ya no nos asombra encontrar una mirada diferente, ni ver caftanes, kurtas, turbantes, vestimentas quechuas, chinas, africanas…

Como ese antiguo juego de cartas infantil, en las que algunos aprendimos las razas del mundo, parece que el mundo ha barajado a las personas y las ha colocado en desorden.

Sin embargo, nada me parece más interesante, enriquecedor y tolerante,de hecho, que puedan convivir todas estas culturas, religiones, costumbres y personas.
Y lamento, profundamente, las reacciones xenófobas; por el simple hecho de que no existe supremacía de ninguna raza sobre las otras.

Para mí, todos somos seres humanos, personas e iguales…
Al fin y al cabo, nuestra propia cultura es fruto de una continua fusión de civilizaciones.
El mundo me parece mucho más grandioso, interesante y hermoso cuando nos unimos y respetamos todos.

¡ Qué mal fario...!

En muchas ocasiones he oído una frase que se suele decir y que no sólo me hace reír sino que, en otras, casi ha salido de mi boca con convencimiento.

La frase en cuestión es: “unos nacen con estrella y otros estrellados”.
Siempre he tenido mis dudas al respecto, aunque no soy de las que piensan que lleguemos a este mundo predestinados.

Estoy convencida que muchas de nuestras circunstancias vitales las hemos provocado nosotros mismos con nuestras actitudes; sin embargo, otras son totalmente fortuitas.
De manera que un tipo de suerte aleatoria reparte sus dones entre algunos, mientras que deja abandonados a otros al azar…

Todo esto viene a cuento de lo que, imagino, hemos sentido casi todos en muchas ocasiones cuando la mala suerte nos persigue.

Entonces, repetimos esa conocida frase que solemos pensar a menudo cuando nos sucede algo negativo: “¡siempre me tiene que ocurrir a mí !”.

Ese coche que nos salpica, ese día que no queremos que llueva y llueve, esa mancha que nos cae en el peor momento, esa llamada de última hora que nos deshace los planes, ese malestar que nos afecta cuando ya teníamos todo preparado para el viaje, esa caída inoportuna que nos deja varias semanas en el dique seco…

En fin,todas esas situaciones inoportunas que nos hacen preguntarnos, con cierta asiduidad, esta famosa interrogante: ¿qué he hecho yo para merecer esto?

Tal vez, la suerte sea tan ciega como la fe…
De modo que estoy pensando aprender Braille; nunca se sabe…

Animales y animales...

Quiero recordarles este caso de maltrato animal
para que no olviden...
Si el hombre es un lobo para el hombre,
imaginad qué puede llegar a ser con los animales...

Antes...



Después...

Despreocupación

En esos días en los que la vida se vuelve un oscuro embrollo de sentimientos, confusión y melancolía convendría hacer una parada,tomar una flor, aspirar su aroma, contemplar su belleza sin pretensiones y olvidar el peligro de caer en la triste e inútil preocupación.

Nada debería importarnos tanto como la clara sencillez…

Tendríamos que viajar con las emociones cómodamente puestas, olvidando los viejos baúles que tanto nos pesan y repetirnos a nosotros mismos que la luz siempre acaba por aparecer al final del túnel, cuando avanzamos…
Pero mientras dure este viaje sin retorno, nada debería importarnos tanto como ser felices…

Salto a la fama...

¿Quién te ha dicho que hoy no vas a sentir ganas de saltar?
…De alegría, de satisfacción, de locura, de felicidad…

No me importaría que me acompañaras a dar ese gran salto que espera nuestra vida.

Vamos a saltarnos obstáculos, enfados, desesperaciones, malos gestos, apatías, impaciencias, malos rollos, inconvenientes, letras pequeñas, incluso normas…

Pero ni se te ocurra empezar a practicar con semáforos en rojo…
Hoy, por suerte, aún estamos a tiempo de decidirnos a dar ese salto espectacular a la fama…

Sí, la fama...
Pero esa otra fama maravillosa que nos ganamos a pulso cuando,por fin, logramos pertenecer al exclusivo Club de los Optimistas.

En tu red

Por la boca muere
el pez que tiene hambre.


Mientras yo,
que tengo hambre de ti,
muero porque me lances
tu anzuelo...

Alegría...

No sé la causa, pero hoy recordé una sensación que, desde mi infancia, está ligada a mí y que aún sigue provocándome gratas experiencias.

Todavía, con mis “taitantos” cumplidos, se me van los ojos tras los columpios, esos provocadores que me llaman cuando no hay nadie y me invitan a darme unos relajados balanceos…

Nada me hacía más feliz que esos vaivenes impulsándome hacia lo que yo creía el cielo, mientras unas simples cuerdas y los brazos robustos de algún árbol sostenían mi liviana y momentánea ilusión en los días de campo.

Con el aire sobre el rostro, feliz, volaba más veloz mi imaginación que mi risueño cuerpo sin alas, temiendo volver a tocar el suelo con las puntas de mis pies y terminar ahí mi aventura aérea infantil.

Aún puedo volver a sentirme niña y columpiarme sobre mi pasado, rozando con los recuerdos el borde magnífico de las nubes,mientras mi presente se balancea entre las sombras de esos entrañables columpios..

Voy a vivir...

No sé vosotros, pero a mi me ocurre que necesito de vez en cuando una buena dosis de "maripositas” en el estómago…

Vivir algo que active la emoción en mi vida y me despierte mis sensaciones dormidas…

Intento encontrar ocasiones que rompan la rutina y alteren la mediocridad de los días…

Nada fuera de lo común, pero sí fuera de lo cotidiano…

A veces la vida pone las circunstancias en bandeja, sin ser buscadas; pero en otras, hay que saber reaccionar y salir corriendo de los días grises y monótonos…
Ésos son los que verdaderamente acaban con nosotros…

Es mejor ver la botella de nuestras elecciones medio llena y actuar ahora, que aún tenemos tiempo de sonreír.
No sé vosotros, pero yo me voy a beber un gran vaso de juguetonas mariposas
en cuanto pueda…

Equilibrio

Cuántas veces me he tumbado sobre la hierba o la arena del mar, dejándome atrapar por los sonidos, por el cielo protector, por esas nubes viajeras que van de paso, regalándonos figuras imaginadas.

Agua,aire,tierra, mi paz...

Y me quedo absorta, entre el cielo y la tierra, en mi limbo personal de ausencia consentida; ese lugar indefinido donde puedo tener el placer de dejarme ser y desde donde me cuesta tanto regresar…

Allí, donde existe el equilibrio...

Donde podría perderme...

Esta noche no me basta la luna.

Quiero alcanzar la estrella más brillante, acercarla a tu rostro para verte.

Poder contemplar tus ojos mirándome.

Sabes que tu mirada es el único lugar donde podría perderme...

Intuición

Hay ciudades donde nos falta el aire, lugares y casas que son como bocas que muerden; existen personas que roban nuestra energía, percibimos corazonadas futuras que nos avisan e intranquilizan…

Yo no puedo evitar sentir estas sensaciones que percibo,de forma involuntaria, a veces.

Hay cierta sabiduría, no sé de qué manera transmitida, que nos va conectando con un conocimiento adquirido, pienso que inconscientemente, más allá de nuestras propias explicaciones.

Siempre he creído que lo mejor es dejarse guiar por los pasos que nos va insinuando nuestra, casi siempre certera, intuición.
Esa viejita sabia que todos llevamos dentro desde que nacemos y a la que me gusta tomar de la mano cuando no conozco las respuestas...…

Esclavos entre nosotros...

Hoy, leyendo la prensa,he encontrado este artículo que no tiene desperdicio.Nos hace reflexionar sobre demasiadas cosas;asi que léanlo despacio y atentamente,porque por desgracia, hoy ,la esclavitud está más viva que nunca...

Con muchas ganas...

Así me gustaria imaginarlos a todos este fin de semana...
Disfrútenlo...

Mi favorito...

¡Sí, todo!

Sí, ¡todo con exceso!
¡La luz, la vida, el mar!
Plural, todo plural,
luces, vidas y mares.



A subir, a ascender
de docenas a cientos,
de cientos a millar,
en una jubilosa
repeticion sin fin,
de tu amor, unidad.





Tablas, plumas y máquinas
todo a multiplicar,
caricia por caricia
abrazo por volcán.
Hay que cansar los números.

Que cuenten sin parar,
que se embriaguen contando,
y que no sepan ya
cuál de ellos ser el último;
¡qué vivir sin final!

Que un gran tropel de ceros
asalte nuestras dichas
esbeltas, al pasar,
y las lleve a su cima.

Que se rompan las cifras,
sin poder calcular
ni el tiempo, ni los besos.

Y al otro lado ya
de cómputos, de sinos,
entregarnos a ciegas
¡exceso, qué penúltimo!,
a un gran fondo azaroso
que irresistiblemente está
cantándonos a gritos
fúlgidos de futuro:
"Eso no es nada aún.
Buscaos bien, hay más."

(La voz a ti debida, de Pedro Salinas)

Este poema me llena de ganas cuando lo vuelvo a leer,
tal vez porque me hace pensar que todavia queda mucho por descubrirnos
y que nunca deberíamos abrirle las puertas a la rutina...

Sepulcros blanqueados

Ella se levanto al finalizar la misa por el alma de su padre, de cuerpo presente; entonces quiso decir a los presentes unas palabras…
- Mi padre nos enseñó que las cosas siempre hay que intentar hacerlas bien, y no estaría bien nada de esto si no lo terminase tal como creo que debería ser, dando las gracias por tantas cosas como debo darlas.- dijo.

Entonces, con un nudo en la garganta y una entereza envidiable, fue agradeciendo a su familia y amigos el apoyo en los momentos duros vividos en el hospital, mientras permanecieron en Cuidados Intensivos; agradeció la compañía que recibieron en su casa mientras su padre pensaba que mejoraría y volvería a caminar poco a poco.
También agradeció la educación y la fe que le regalaron sus padres para poder hacer frente a todo; y a su padre,mirando al féretro especialmente, todo lo que le había enseñado para llegar a ser la persona que hoy era .

Después,cuando terminó su pequeña y sentida locución, volvió al lado de su madre, que la escuchaba emocionada con aparente serenidad y se sentó junto a ella tomándola por el brazo.
No había luto en sus vestimentas, el llanto era interno, los rostros cansados y la esperanza seguía asomada a flor de piel, confiada y sin truncarse, porque aún lo sentían vivo.

Serenos, convencidos y apoyados en su fe.

Pero yo,con mi fe perdida , de repente, sentí la suya como fuertes columnas que soportaban todo el peso de la fortaleza humana; mientras que la mía rodaba por el suelo, entre las ruinas de otros sepulcros blanqueados…