31 de enero de 2007

Siempre pendientes de un hilo...


Sin comentarios.

Esperanza


“Soy un hombre de esperanza,
pero a partir de mucha desesperanza;

y la esperanza y la desesperanza
se me cae y levanta
varias veces al día.

Si uno está vivo,
nace y muere varias veces al día.

Y en todo caso,
creo que merece la pena estar vivo
y que el mundo puede cambiar."

(Eduardo Galeano)

30 de enero de 2007

Abriendo círculos


A veces nos empeñamos en mirar sólo en una dirección, cerramos nuestra amplitud de miras para ver sólo lo que tenemos delante, lo que queremos ver.

Nos convertimos en visionarios defectuosos, miopes que forzamos la vista para mirar un poco más lejos y terminar viendo todo igual que antes.

Mirada circular, sin espacios para ver un poco más allá de nuestra obstinación.
Cuando no sabemos ver,sólo miramos; nos quedamos sin conocer los claroscuros que tal vez nos faltan,los espacios abiertos...

Corregimos el defecto en nuestros ojos, pero no corregimos la mirada.
Los abrimos bien, nos despertamos; pero las posibilidades que existen no las reconocemos.

Teniendo un ancho mundo delante tan sólo somos capaces de ver sus puertas.
Se convierten en invisibles muros que no nos dejan ver el otro lado de la plenitud.
El mundo es extenso, pero sólo abarcamos una pequeñísima parte de todo lo que deberíamos saber mirar.

Pasamos de largo cuando las puertas están abiertas y, sin embargo, nos esforzamos en atravesarlas estando cerradas...
Hacer difícil lo fácil, ese es nuestro perpetuo empeño que nos obnubila tantas veces...

Ofuscados con nuestro norte, desmagnetizamos la brújula que nos orienta los tiempos y horizontes.
Lentitud para ver, para observar el cambio de una nube que pasa, el color del campo, la expresión de un rostro, la temperatura de un cuerpo, la distancia de tus pasos, las arrugas de unas manos, la cercanía del tacto...

Tiempo para saber mirar lo que nunca vemos y siempre ha estado delante.
Romped el círculo, extended la mirada, posadla sobre cada aleteo que desperece estos aletargados sentidos...
Otra forma de mirar aún es posible...

29 de enero de 2007

Mensaje en una botella


He dejado apoyada mi cabeza en el cristal; mientras mantengo los ojos cerrados, el sol va calentando mi rostro.

Entre el mundo y yo sólo hay un frágil cristal que nos separa; mi conocido mundo interior y el desconocido y difícil mundo exterior.

Cuando abro los ojos, nada ha cambiado; pero tan sólo un momento de sol me ha encendido el día.
Me ha recordado todo lo que me importa poder sentir.

28 de enero de 2007

Destinatario desconocido


Queridos lectores:

Son tantas historias distintas, tantos los pensamientos y tantas las reflexiones e ideas diferentes cuando leo otros blogs, que me siento como un pequeño grano en esta playa arenosa del mar de la comunicación.

Tal vez esto de los blogs ha sido un gran invento y nos ofrece grandes oportunidades, pero me pregunto la razón del porqué muchos nos decidimos a abrirnos al mundo desde mucho antes.

El hecho de que exista Internet nos ha facilitado mucho las cosas en ese sentido; es más rápido, más extenso y ofrece toda la discreción que muchos desean.

Pero este afán de compartir y exponer nuestras opiniones, imágenes, gustos y, de alguna manera,también nuestras vidas a un mundo desconocido no es tan novedoso; aunque la técnica haya traído mejoras importantes y, sobre todo, la inmediatez de la que disfrutamos relativamente desde hace poco tiempo,esto no es nuevo.

Recuerdo que siempre disfruté conociendo personas distintas a mí, conociendo a la vez sus variadas maneras de pensar y de vivir.
Empecé intercambiando cartas, escribiéndome con muchísimos desconocidos de muchas partes del mundo, lo que me hizo ser consciente de que no todos vivíamos de la misma forma, ni teníamos las mismas oportunidades.
Desde ese momento, en mi adolescencia, comprendí más que nunca que el mundo era muy ancho y, sobre todo, algo que debía respetar y asimilar en su diversidad.
Durante muchos años estuve intercambiando cartas en las que aprecié la diferencia en los sellos, en postales,en fotografías, en idiomas, costumbres, etc.

Todo esto me enseñó que no existía la prisa de hoy para comunicarse; cartearse era cuestión de lentitud, de tiempo; el sistema de Correos y mi economía no daban para mucho más.

Sin embargo, en muchas ocasiones, mientras actualmente estoy escribiendo, charlando por chat o enviando algún email, recuerdo toda esta etapa maravillosa en la que aprendí a amar la simbiosis de la comunicación entre personas, aún de distintos países.

Hoy, parece algo usual, pero en el fondo los que ahora escribimos blogs, somos tan parecidos como aquéllos otros que conocí ;simplemente usamos una tecnología nueva, un medio distinto que no nos acerca a los demás ni más ,ni menos que antes, sino de otra forma.

El rito de escribir hoy una carta personal a mano, aún lo siento como una necesidad de vez en cuando; porque pueden fácilmente suponer todo lo que aprendí y disfruté mientras escribía tantas cartas y a tantos; aprendí sobre la paciencia, la comunicación, el respeto, las costumbres, las formas de expresarnos, las diferencias personales y, sobre todo, aprendí de las personas...
Y, aún hoy, gracias a Internet, sigo sorprendiéndome y aprendiendo de vosotros y con vosotros.
Puede ser éste un mundo virtual globalizado y extenso, pero dentro de él, las personas que lo componen siguen siendo iguales a las de entonces.
Mientras espero vuestra respuesta, os mando un gran saludo y mi cariño...


Isabel


P.D.- Ah, se me olvidaba daros las gracias por haber leído esta simbólica y nostálgica carta, que me trae a la memoria el hecho de que la persona con la que comparto mi vida, desde hace casi veinticinco años, es fruto de una de ésas maravillosas experiencias que tuve a través de mi época epistolar...

27 de enero de 2007

Eva


Tengo miedo de encontrarme con una manzana podrida, de mezclarme con ella.

Lo único que me enorgullece es haberte ofrecido mi bocado exquisito, mi dulzor para saciar tu hambre, ácida y ávida de dentelladas que colmaran tu vida.

A veces me dejaba colgar al sol de tu mediodía; mientras tus palabras me maduraban y enrojecían mis mejillas.

No he conocido más sombra que la tuya; ni más primavera que tu fuerza.
Mi fruto germinó mientras tus palabras me llovían mansamente.

Como el alma madura ya estoy a punto de caer y soltarme de las ramas.
Quiero ser la única fruta que haya logrado tentarte.

Oyéndome...


Soy de las que piensan que hay que saber interpretar el lenguaje con el que nuestro propio cuerpo nos habla; saber escucharnos sin ser obsesivos, ni hipocondríacos.

Sólo lo justo para saber que todo está bien o no, para saber corregir a tiempo sus deficiencias, sus demandas, sus desequilibrios.
Siempre soy libre de hacerle caso, de querer seguir escuchándolo, o tal vez puedo hacerme la sorda...

Llevo tanto ruido dentro que, a veces, es casi imposible poder oírme.
Hoy tengo dolor de cabeza, tal vez por escuchar cosas que no soporto, o porque mi cuello sostiene demasiadas ideas que no debería sostener dentro de mi cabeza; o quizás porque multiplico mis pensamientos y ya no caben dentro del espacio disponible.

Quizás mis ojos miran con demasiada intensidad en la dirección equivocada, o porque no los cierro y les doy descanso.

No soy yo quien se agota, es mi propio cerebro el que se agota y me grita ¡basta!
Pero me empeño en no escucharlo, en no hacerme responsable de mi propia saturación.

A veces debo permanecer en silencio escuchando toda la sensatez con la que me habla el lenguaje de mi cuerpo.
Tal vez sea el lenguaje más sincero que existe; ni me engaña, ni puedo engañarle, en verdad.

Debo mirarme, leerme, traducirme, dialogarme, escucharme y asimilarme. Parece algo fácil, pero ciertamente puedo afirmar que no logro hacerlo tan bien como debería.

En el fondo no sé si soy consciente de que me maltrato a mí misma en muchas ocasiones.
Quizás es tiempo de reconocer el cambio que estoy necesitando ya.

26 de enero de 2007

La belleza...


¿Cuántas veces podré contemplar el cielo que hoy puedo disfrutar mientras se oculta el sol?
Tiene la descarada pretensión de las auroras boreales; tan delicadas, tan femeninas,exhibiendo las ondulantes caderas de las nubes.

Presagiando el frío y la noche, observo la cadencia malva del lejano horizonte.
¡Cuántas veces...,cuántas olvido lo que pensaba, mientras me evaden estos paisajes!.

Como extasiada ante un cuadro en el museo perfecto del atardecer.

Aún va quedando un hilo rosado que borda el horizonte con puntadas suaves, mezclándose con algunos finos hilos de oro; como un valioso bordado en este crepúsculo que vivo.

No hay obra igual colgada del cielo; sin autor, sin firma, sin fecha y, sin embargo, todos pujan por ella.

Ya casi se evapora la escena, es sólo obra de un día, de un liviano momento.
Cada ocaso es una pieza exclusiva e irrepetible.Incunable.

Una violácea ágata que cuelga del finísimo y provocador cuello del horizonte.
¿Dónde se encuentra la belleza, sino impregnada en los ojos que la buscan?

Al calor de mi alma


Esta noche quiero taparme, siento frío; quiero taparme y dejar que me iluminen las estrellas que al cerrar mis ojos imagino tras la empañada ventana.

Cristales opacos que me acrecientan la imaginación con un cielo rutilante; pequeñas luciérnagas arremolinadas y noctámbulas del índigo cielo que brilla en la noche.
Esta noche quiero el calor por dentro y por fuera.

Esta fría noche de enero me trae recuerdos helados, mantos blancos que nunca me cubrieron como el calor del cuerpo amado, como la arena blanca del ardiente verano .
Esta noche, no es como las otras; como ninguna otra.

Siento que me arde el alma y que puedo fundirme con mis propias llamas; siento que me sobran las palabras.
Esta noche de hielo, soy mucho más que fuego; mientras este frío que siento por fuera sigue sin comprender nada del calor intenso que siempre habita en mi alma.

24 de enero de 2007

Con buena onda...


Hay ocasiones en las que me basta leer vuestros comentarios, visitar vuestras propias palabras para sentirme como Ícaro, alcanzando las cimas de tantos sentimientos, compartidos al calor del exhibicionismo de nuestras almas.

Transformados en lo que leemos, a veces, sentimos los vientos que erosionan nuestros pensamientos, con un lento matiz que deja rastro en nuestros deseos y nuestro corazón.

La sensibilidad, la necesidad, la desesperación, el deseo, la palabra y nuestros confluyentes caminos.
Todos emprendimos un sendero que nos llevaría hacia lugares ignotos, pero en cada paso que damos reconocemos una huella que nos resulta familiar...

Siluetas casi surrealistas, que van llenando de creatividad e imaginación nuestro caminar; somos compañeros que viajamos juntos en estas páginas de libres espacios , y que cada día vamos llenando con empatías, confluencias y senderos que se cruzan, formando nuevas ondas que se expanden.

Nuestras propias corrientes internas nos aportan el frescor diario a las ideas que dejamos ; para que, al ser leídas, las hallemos ligeras,flotando sobre el vaivén del pensamiento viajero y ajeno.
Son las concéntricas, circulares, expansivas y maravillosas ondas de nuestra creativa comunicación.

23 de enero de 2007

Recolectando fresas y sueños...


Mientras los emigrantes, con manos de sudor, recogen los frutos rojos de la oportunidad de su vida; yo vivo en un sueño que sueña con un techo de fresas rojas y sensuales...

Me invitan a prolongar el placer de la roja vista, mientras ansío saborear el fruto aún prohibido...

La placidez de su frescor tiene ojos que me miran, ácidos sabores que me provocan,voces que me llaman; me recuerdan que el tiempo de soñar siempre acaba despertándome con dos pequeños montículos sembrados, a punto de parir una boca de fresa.

Mientras, los emigrantes siguen recolectando el rojizo fruto que va dando vida a mi sueño y a sus nuevas realidades.
Cuando despierte, el fruto prohibido ya estará permitido para las bocas de todos.
Gracias al esfuerzo de muchas manos que lo hicieron posible en esta fría época de recolección...

21 de enero de 2007

Por primera vez...


Toda la familia la miraba, mientras ella, con las lágrimas a punto de estallarle en los ojos, se despedía desde la camilla que la llevaba hacia el quirófano.

Le decían: -¡Pero si es lo mejor que te puede pasar..., mujer; no llores!
Ya le empezaban a rodar por sus mejillas algunas lágrimas mientras se perdía tras la puerta que accedía a la zona quirúrgica.

Algunos familiares lloraban, mientras otros se iban consolando ante la evidente espera de acontecimientos...
Apenas había transcurrido media hora, cuando la puerta se abrió nuevamente y salió un hombre que empujaba una pequeña cuna transparente.

Dentro, un ser menudo con un pequeñísimo gorro en la cabeza que no emitía sonido alguno.
Rápidamente la familia se arremolinó junto a ella y sólo se oyó una voz de emocionada abuela primeriza entre lágrimas secas: -¡Ay, qué ojitos más lindos tiene mi niña...!
Mientras la pequeña, que acababa de llegar al mundo, observaba a todos con los ojos muy abiertos y sin llorar.

Mientras contemplaba esta escena recordé la emoción que se siente cuando se mira la cara de un hijo por primera vez.
Nunca se olvida.

19 de enero de 2007

Skyline


¿Quién no necesitó arroparse con la silueta de un ocaso?

¿Quién no pensó, alguna vez, que la línea del cielo era la forma exacta de su paraíso?

¿Quién no dejó de creer en los cuentos cuando comprobó que el final del día podía abrirnos la puerta de la imaginación?

18 de enero de 2007

Adelante...


A veces la vida se me pone demasiado cuesta arriba,como una encrucijada de emociones laberínticas con una salida desconocida.

Una prueba más, de tantas, que hasta no pasar por ella,nunca sabré si la he superado.

Me gusta saber que tenemos una gran parte de las soluciones en nuestras actitudes; y que esa parte que no podemos solucionar, al menos, estuviera también de nuestra parte en ciertas ocasiones.

En fin,no desfallecer es una manera de ir avanzando...
Espero subir cada peldaño sin errar mis pasos y teniendo algún respiro; hasta donde me lleven los peldaños de la vida...

17 de enero de 2007

En blanco y negro...




Me encantan las películas antiguas,llenas de estrellas que vimos envejecer,con encanto y estilo propio;que amaban como nunca,besaban como nadie y miraban con ojos que dejaban la respiración entrecortada...

Primeros planos llenos de sombras,cigarros que se consumen,bocas que se unen y personajes que aguardan,nieblas que nunca se despejan,sombreros que cubren las caras...
Siempre quiero volver a ese cine de mi recuerdo,a esas escenas que nunca acaban porque quedan en las salas de cine perdidas,en los carteles de estrenos almacenados,en los archivos de imágenes eternas,en las miradas que las vieron una y otra vez.
Amo ese cine porque inundó mi vida de estrellas que no sólo estaban en el cielo que solía mirar,sino en cada escena que tan intensamente vivía y que hoy ,por suerte,sigo descubriendo...

Por eso pesa tanto...


A veces, cuando abro mi bolso en busca de lo que necesito me encuentro con dos o tres esperanzas que se me olvidaron dentro, algún beso que me gustó tanto que lo quise llevar siempre conmigo; entre los pañuelos de papel siempre conservo algunas lágrimas, para que me recuerden que todo puede cambiar en un momento.

El otro día me encontré una sonrisa por la calle que alguien perdería y se me ocurrió guardarla también, por si algún día yo pudiera necesitarla y no tuviera. Siempre tuve suerte con lo que me encontré...

Entre la barra de labios, el perfume, el espejo y las buenas intenciones apenas puedo llegar al fondo, que es donde siempre están las llaves y la desesperación.
A ésta última he decidido sacarla del fondo y tirarla, porque ocupa demasiado espacio útil y sin embargo nunca me sirve para nada...

Me gusta llevar algún bolígrafo y una agenda, por si tengo algún día estúpido; lo anoto y así después puedo tacharlo en el calendario.

Mi cartera suele ir siempre llena de números de teléfono, tarjetas, anotaciones en pequeños papeles, direcciones,fotografías..., pero siempre de personas queridas.

Puedo perder mi bolso algún día y no me importaría; puedo perderlo todo,todo menos a los que quiero, a mis amigos;porque a ellos los llevo siempre bien guardados dentro de mi alma.

15 de enero de 2007

¿A quién le importa?



Hoy me he puesto a observar a las personas que nos cruzamos: son distintos, dispersos, conocidos, reunidos, difusos, distanciados; perdone, por favor, espere un momento, pase, gracias, hola, adiós, hasta luego...

Apenas nada que ver unos con otros; nada nos importan, en verdad, si no nos afectan a nuestros sentimientos.
Vamos paralelos, oblicuos, opuestos, en contra, a favor.

Convivimos típicamente, soportamos lugares comunes; simpatía, empatía, antipatía, indiferencia, afectos.
Comunidades donde nos vemos a diario, transportes en donde confluyen nuestros trayectos; miradas desconocidas preguntándonos de dónde vienen y hacia dónde van,
¿Acaso nos importa?

Como un hormiguero gigante donde cada cual cumple su función, como una colmena diferente donde no toleramos que nos impongan una abeja reina.
Casas, pueblos, comarcas, ciudades, estados...; para terminar con otra frontera más.
Sabemos unirnos, sabemos separarnos. Ponemos reglas que nunca se cumplen. Tratados que nunca leemos. Pactos que son olvidados.

Abrimos puertas y las cerramos.
Nos agregamos, asociamos, nos defendemos, organizamos, nos evitamos, manifestamos, nos acercamos y distanciamos...

Todo ocurre entre nosotros; somos una civilización cercana o tirana.
Todos vivimos en el mismo planeta y, sin embargo, ¿a cuántos, realmente, le importamos?
¿Cuántos nos importan?
¿A quién le importa?...

Con mucho gusto


He decidido hacer un poco de limpieza y poner un poco de orden, con sinceridad.
Lo primero que pienso hacer es borrar esta sonrisa permanente que tengo en la cara sin necesidad, porque, en verdad, nunca me sirvió para nada; de paso, también me dejaré mirar estas canas que me fastidian, porque me he dado cuenta que son parte de mí.
¡Ah! voy a poner en la parte más alta del armario mi autoestima, para que no la alcance con facilidad y se me pueda ocurrir cambiarla de sitio.

También voy a tirar, por fin, todas mis voces en off, los miedos maduros, los deseos incumplidos y la ropa que no me cabe, definitivamente, después de guardarla durante años de dictadura de moda entallada.
Además he decidido sacar de nuevo ese viejo espejo que guardé porque nada me sentaba bien con él; ahora que también es más viejo no puede echarme en cara mi inexorable madurez.
Aunque he pensado hacerme un lifting, eso sí...; a ver,¿de qué me podría hacer un lifting yo?...
Pues eso, mira, que pensándolo mejor no me apetece estirarme nada; que me quedo como soy y es que la gente estirada no me gustó nunca.
Como no me importa ya ser sincera del todo, he pensado que podría mejorar algún aspecto mío que aún me queda pendiente; que ya va siendo hora, digo yo.
Me refiero a la liberación de la mujer; sí,me voy a liberar de ser la mujer del Sr X.
Desde ahora seré la Señora de la XXL, a secas.
Al fin puedo reconocerlo sin mayores problemas; claro, que a estas alturas de mi vida ya no me importa reconocerlo.
¡Viva la gente sin complejos.! ¿Sí o sí?
¿Será que empiezo a estar encantada de conocerme después de tantos años.?.
¡Ah! ¿Usted también?...
Despues de todo , es que ha sido un verdadero placer...

14 de enero de 2007

Beatus ille...


Durante un tibio mediodía, en la sierra onubense, mientras daba un relajante paseo entre calles encaladas y solitarias de un pueblo de gentes trabajadoras, sencillas y de fieles costumbres, descubrí un pequeño paraíso floral, encerrado en el patio de una de sus casas; como un edén en flor que destacaba entre la blanca cal de sus paredes, que reflejaban una tímida luz de invierno.

La puerta estaba entreabierta y dije en alto: -¡Oiga, por favor!. ¿Hay alguien?- Desde el fondo salió una mujer entrada en años, de aspecto un poco abandonado en favor de la comodidad.

Le comenté - Perdone, es que pasaba por aquí y he visto lo hermoso que tiene su jardín y hay una planta que me encantaría tener,¿sería tan amable de cortarme alguna pequeña rama para poder plantarla en mi casa?

La señora, sin pensarlo un momento, me dijo- Pase, pase..., por favor; ahora no tengo esto muy bonito, las heladas de estas últimas noches me han estropeado muchas plantas.-

-Pero mire qué hermosos están estos rosales,tienen rosas enormes y con olor; acérquese y huela...-
-¿Cuál es la planta que usted quería?-
-Pues ésa que tiene varias flores de color rojo –
-Ah, ésas son bulbos, ahora no se siembran; pero puedo darle algunos que tengo guardados para que cuando llegue su tiempo las siembre; ya verá cuantas flores dan...-
-También, mire, se puede llevar unas cuantas de éstas si le gustan, además “agarran” corriendo y huelen muy bien.-

Gracias -le dije- es usted muy amable, creo que ya es suficiente.
-No quisiera molestarla más.-
-¡Qué va, hija, no molestas!; pero si aquí tiene una el día entero para hacer de todo y apenas hablo con nadie - entonces empezó a comentarme asuntos cotidianos de su vida en el pueblo.
-Pues le agradezco de nuevo su amabilidad-le dije mientras me despedía - ya nos volveremos a ver; espero tener suerte y que todas me “agarren”, porque son muy bonitas y muy poco vistas.-

Salí de la casa con la sensación de llevar un pequeño tesoro, entre los pequeños bulbos y los brotes de la planta que, según la señora, eran fáciles de germinar.
Qué gusto da hallar personas tan sencillas, que te abren las puertas de su casa, aún sin conocernos de nada y nos cuentan sobre su vida, los inviernos, las flores y el pueblo...

Una se queda pensativa después cuando, entre la multitud y la indiferencia de las grandes ciudades, recuerda la forma de vida de ciertos lugares en donde la prisa, la desconfianza, la situación política o el tráfico no están entre sus preocupaciones.

De vez en cuando, conviene pasar algún tiempo en lugares así, para retomar la confianza en las maneras realmente civilizadas de vivir, donde importa cumplir con el trabajo, pero también saber valorar el tiempo de otra forma con la compañía más cercana y poder jugar una partida de cartas con los amigos, pasar la tarde de charla con una vecina mientras se hace punto o se cose y poder escuchar un profundo silencio cuando llega la noche.
Pero, sobre todo, poder distinguir la paz en sus miradas sin prisa.

13 de enero de 2007

Fantasía en R.E.Menor




Cuando abrí los ojos me hallé ante un inmenso laberinto de letras, palabras y signos sin final.

Me di cuenta de que me había convertido en un ser minúsculo, como si hubiera bebido del mismo frasco que Alicia tenía en el País de las Maravillas.

Tal vez estuviera en Liliput o formara parte de mi imaginación en algún cuento que nunca me hubieran contado.

Tuve que situarme ante mi nuevo e inesperado estado para tomar alguna alternativa posible.
Caminé entre largas filas de palabras a cada lado, me sentía extraña entre paredes con sentido, intenté ir leyendo algunas, pero apenas llegaba a alcanzar con mi vista unas pocas frases completas, tal era la distancia entre cada palabra que mejor decidí inspeccionar el espacio entre ellas.

Me impresionó la visión al asomarme por uno de los huecos; como si de un mirador se tratase,desde alli pude observar un inmenso precipicio escalonado, donde no se alcanzaba apenas a distinguir el fondo.

Eran unas escaleras casi paralelas que iban descendiendo con una suave pendiente, de suelos blancos y paredes de negras letras.
No vi a nadie y ningún movimiento me rodeaba, así que decidí seguir avanzando por ese jeroglífico sin sentido hasta entonces para mí.
Continué bajando, mientras percibí un aroma que me recordaba el viejo olor de la tinta fresca, un olor intenso que no me resultaba desconocido.

Con cada paso que daba sentía un crujido leve bajo mis pies, como el de un recio papel que se arruga; el suelo, no era excesivamente duro, y tras de mí iba dejando las huellas de mi propio calzado.
No existían huellas anteriores.

Pude distinguir una luz alta y cálida sobre mi cabeza, aparecía lejana y artificial pero iba alumbrando con claridad mi camino.
Cuando me dispuse a descansar un momento, como no observé ningún lugar específico para sentarme, acabé haciéndolo sobre unos puntos suspensivos que me parecieron bastante adecuados para mi pequeña estatura.

Nunca había sentido tanto suspense como sentada justo sobre esos puntos enigmáticos que me permitían ahora reposar del largo trecho que ya llevaba recorrido.

Sabia que debía continuar mi camino con rapidez, ya que no disponía de ningún alimento ni liquido para beber y ya empezaba a sentir su falta en mi cuerpo, que aún permanecía en alerta ante mi inexplicable situación.

Mientras estaba sentada pude leer alguna frase más en la que estaba escrito: “A Bastián no le gustaban los libros que, con mal humor y de forma avinagrada, contaban historias completamente corrientes de gente absolutamente corriente”
Me quedé pensativa un momento y rápidamente recordé el nombre de Bastián asociado a un libro que sí había leído algún tiempo atrás, La Historia Interminable...

Evidentemente parecía tratarse de alguna frase sacada de ese libro; mientras continuaba descendiendo cada vez más rápido, me preguntaba si todas las palabras que se hallaban a mi alrededor formarían parte de ese libro, porque el camino me estaba pareciendo tan interminable como su título.

Llegando al final de mi recorrido, casi exhausta y sedienta, tuve que dar un salto para salir entre las grandes letras y me encontré sobre una superficie, en este caso, de madera; ya no tenía la misma sensación que había sentido mientras caminaba por el trayecto recién terminado, tampoco el olor era el mismo, ahora parecía, más bien, el olor del cuero.

Tomé un poco de distancia desde el punto donde me encontraba para lograr algo de perspectiva hasta poder alzar mi vista; quería distinguir en qué consistía el lugar que me había traído hasta allí, ya que no tenia parecido alguno ni con edificio ni montaña.
Nunca antes había visto un lugar tan extraño y sorprendentemente tranquilo.

Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando, al alzar mi vista, pude descubrir ante mí un inmenso libro abierto.
En ese instante me di cuenta de que me hallaba ante un ejemplar enorme, y yo me encontraba justo sobre la mesa de madera que lo sostenía.
La ultimas palabras que el libro tenía escritas decían:”Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión”

En ese momento caí en la cuenta de que había estado pisando las páginas de un libro, había caminado entre sus renglones llenos de palabras, incluso descansando entre ellos, y que también yo había aportado mis pequeñas huellas allí dentro.
Ahora podía explicarme el olor a tinta penetrante y el intenso aroma que desprendían las cubiertas de cuero.

Nunca antes - pensé - había entrado tan intensamente en la historia de un libro sin haberlo leído.
Lo más increíble fue descubrir que al abrir mis ojos nuevamente, casi cegados por la luz de un flexo, me di cuenta de que, en realidad, me había quedado dormida sobre la mesa, mientras aún conservaba en mis manos el libro que todos vosotros imagináis...

12 de enero de 2007

¡ Al fin !



Para todos los que pueden volver a casa un viernes y saber que les queda por delante todo un fin de semana para disfrutar...


¡Feliz fin de semana a todos!

¡ No !


Nunca aprendí bien a decir "no"; esa palabra tan importante que separa mi voluntad de la de los demás.

Me juega sucio cuando la tengo en la mente, se vuelve blanda y decididamente difícil cuando intenta salir de mi boca.

Me doy unos cursos para disciplinarla, la ejercito siempre con quien no debo, para quedarse después, airosa, reposando sobre mi lengua.

Siempre estoy otorgándole una segunda, tercera o cuarta oportunidad; pero pago facturas demasiado altas por ellas.

¡Tan pequeña como es y cuánto vale!
No quiero hipotecar mi voluntad, ni ser siempre la afirmación que escuchan los otros.
Voy a cultivar "noes", dedicarme a ello en alma y cuerpo, para no vivir negándome a la evidencia de ir renegándome.

Un monosílabo que dinamita mi rebeldía , me provoca una masacre de rabia, para rendirme después con mi blanca bandera de la condescendencia.
Un misil disparado que me aplasta con su propia propulsión.

Quiero una máquina de fuego saliendo de mi boca para abrasar al contrario, quemando sus ansias dominantes para poder decir ,al fin, mi propio "no" victorioso, manchado con las de cenizas de las voluntades ajenas.

Puntos cardinales





Nada limita el Norte de tus ideas,
ni el Sur limita tus pasos,
tan sólo la tierra que pisas;
el Este te va sumando días,
mientras el Oeste va limitando
el tiempo para abrazarnos.

11 de enero de 2007

Maleducados


No soporto cierta actitud en algunas personas...Esta mañana entré en una pequeña sala de espera de una consulta médica, sólo existían seis asientos, que estaban ocupados por cuatro personas; respecto a los otros dos, uno de ellos lo ocupaba un abrigo, el otro un pequeño bolso de mano del caballero que estaba sentado al lado.

Dicho señor leía tranquilamente la prensa, yo iba acompañando a una persona mayor, imaginé que alguno de los allí presentes quitarían sus pertenencias y dejarían libre alguno de los dos asientos ocupados por sus objetos.

Tras una prudente espera, y al comprobar que nadie se mostraba interesado, decidí preguntar si en realidad estaban ocupados por alguna persona, de manera que uno de los señores ,totalmente indiferente y desinteresado en mi pregunta, sin responder absolutamente nada ,extendió su brazo y de manera desganada quitó su pequeño bolso de mano que ocupaba dicho asiento.

Tras mi pregunta el segundo señor decidió quitar su abrigo también y ofrecerme el asiento correspondiente.
Amablemente le di las gracias y le dije que solo necesitaba uno para el señor que me acompañaba.

Evidentemente, aquí hay dos actitudes distintas, cada uno de ellos actuó de forma diferente.
No digo que tengamos que ser exquisitos en el trato con todo el mundo, pero repito, no soporto la actitud de indiferencia y hasta cierto punto egoísmo de algunas personas.
Quien lo es en lo poco, no quiero imaginar cómo debe ser en lo mucho.

En otra ocasión, durante un trayecto de hora y media en avión, tuvo mi compañero de viaje que soportar a un señor repleto de comodidad y que sobrepasaba su límite de espacio como ocupante de su asiento, incluido un espléndido cruce de piernas;además mientras hacia crucigramas continuaba prácticamente apoyado sobre mi compañero, que estaba sentado en el asiento central de los tres que formaban la fila.

Evidentemente el lenguaje corporal de mi compañero evidenciaba una expresiva actitud de molestia, pero el señor no se daba por aludido de ninguna manera; ni por supuesto cambió de actitud durante todo el trayecto.

Imagino que por no tener unas palabras de más con él durante el corto viaje, mi compañero decidió soportar su exceso durante todo el incómodo trayecto, no sólo por la estrechez forzada, sino más bien por la falta de un comportamiento correcto de quienes no saben que existen más personas además de ellos mismos.

Sobre este tema se podría hablar mucho, porque, por desgracia, la grosería o la mala educación están ahí y ocupan un lugar en la sociedad actual.

Todos hemos podido experimentar actitudes poco afortunadas, pero a pesar de que este asunto se puede estar convirtiendo en algo habitual, a mí, personalmente, me parece sólo cuestión de una mala educación manifiesta.

En blanco


No me da miedo una página en blanco,es como un Big Bang que me motiva; como la tabla rasa del conocimiento, allí donde vamos depositando nuestras pequeñas aportaciones por causa del saber y la inteligencia.

La historia es simple: uno más uno es uno, dos más dos son cuatro, cuatro son los jinetes del Apocalipsis, que es el último libro de la Biblia, que dicen es la palabra de Dios.

Dios es amor, amor es mirar en la misma dirección pero equivocarse de número. Un número somos todos en nuestro trabajo, el trabajo es salud, que es lo que le falta a los enfermos, que son los que enriquecen a las compañías farmacéuticas, que son las que fabrican las aspirinas, ésas que quitan el sempiterno nocturno dolor de cabeza, que es donde habita nuestro supuesto saber.

Tanto saber nos ocupa un lugar y el lugar es tan pequeño como un cerebro, que es uno de los centros nerviosos constitutivos del encéfalo, que es lo que algunos parecen tener bastante plano,el plano que es, a su vez, una porción de espacio, que es el vacío del Universo, que es también ese continuo espacio-tiempo en el que vivimos para nuevamente volver al principio,nuestro Big Bang...

Al principio nuestra página estaba en blanco, pero,como ves, siempre podemos elegir completarla con conocimientos, palabras y significado...
Todo, menos dejarla en blanco.

10 de enero de 2007

Desde la orilla


Nada más efectivo para aclarar ideas que poner distancia y pasear junto a un mar solitario.
Unas veces se despejan dudas, otras en cambio, las dudas aumentan.
En mi caso se aclaran, porque el mar por compañero, me hace bien; por eso siempre lo voy buscando.

Me siento más viva junto a él; las ideas me van y vienen al ritmo de las olas.
Su mansedumbre complaciente me lleva de la mano y paseamos juntos; como viejos amigos que se confortan.
Nunca me enfrenté a él, como los hombres de la mar, que conocen su traición; simplemente nos tuteamos y como un manso animal, a veces, deja que me acerque.

Cuando estuvimos furiosos, alguna vez, nos preguntamos si éramos los mismos...
Pero yo sigo respetando su fuerza, porque siento dentro su latido que me azota, intentando debilitarme hasta el agotamiento con sus olas, pero siempre amanece tras la tormenta y nuevamente, más calmo,volvemos a acercarnos.
Él me enseñó las huellas que dejan nuestros pasos: huellas firmes, temporales y distintas.

Me presta su calma para que yo descanse en ella y me levante después; mientras, a cambio, le ofrezco compañía y le permito explorar mis pensamientos.
Nos miramos en silencio, frente a frente, y tras reconocernos, miramos juntos ese vuelo pertinaz de las gaviotas que graznan sobre nosotros. Mientras, paseamos paralelos...

Nada mejor que respetarnos y saber que nuestros mutuos soliloquios se convierten en largas conversaciones cuando estamos juntos.

Me empapo con su abrazo y sin embargo, siempre quiero volver a abrazarlo...
Dicen que nos separa toda una orilla, pero nunca supimos dónde empezaba ni dónde terminaba.
Tenemos un pacto: él sumerge todo lo que le cuento, mientras yo mantengo a flote todo su silencio.

9 de enero de 2007

Terra incógnita


El peso de la melancolía me deja pensar que los deseos deberían hacerse reales y que los recuerdos siempre deberían volver a existir al ser recordados.

Hoy me siento llena de sensaciones que no puedo identificar con una sola palabra; siento nostalgia por algo que nunca ocurre ni conozco, una extraña intuición, llena de incertidumbre, me invade pero no puedo nombrar lo que aún no sé.

Respiro profundamente porque presiento el cambio que no llega, para cambiar lo que nunca cambia sino que fluye, y sigue fluyendo para que, al fin, nada cambie.

A veces la vida se nos pasa contando historias de cómo seríamos si fuéramos como no somos.

O quizás dónde estaríamos si nunca hubiéramos nacido donde estamos...
Siento que voy hacia un lugar que no conozco, pero soy yo misma hacia donde me dirijo.

Tal vez, necesito vivir más allá de mi misma, porque yo sola no sea bastante lejos; ni puedo descubrir todo el mundo que quiero conocer tan solo con mirarme.
Algo más, que no soy yo, me está faltando, pero aún no supe reconocerlo.

8 de enero de 2007

Viejos compañeros



Ellos no sólo caminaron conmigo, sino que me acompañaron.
No quise nunca tanto a unos compañeros de viaje como a esta pareja.

Llenos de experiencia, fuimos aprendiendo juntos la dureza del camino, el lento caminar por blandas arenas, escalamos altos cerros, cruzamos viejos y nuevos puentes, descubrimos urbes y poblados.

Sufrimos lluvias torrenciales y calores infernales, heladas, granizos y tormentas.
Nunca se apartaron de mí; allá donde yo iba, ellos me acompañaron sin condiciones, me soportaron y me llevaron hasta buen puerto.

Cada jornada consiguieron aliviar mis pasos cansados y fueron protectores incondicionales; siempre logramos volver a casa indemnes.

Hoy me despido de ellos, nunca más volveremos a recorrer el mundo juntos; ya empiezo a sentir nostalgia de su parejo caminar junto a mí y creo que me costará mucho tiempo volver a encontrar una compañía como la vuestra, mis viejos compañeros.
Ya no volverán a dar un paso más conmigo estos viejos zapatos míos...

7 de enero de 2007

Enero




Lento, frío, creciente y siempre recién nacido.
Me gustan las hojas errantes que van quedando en calles,calendarios y campos; el amarillo helado de sus árboles ralentizados,seres expulsados del paraíso.

Sus lunas, tan limpias como las aguas cristalinas, hielan la sangre y parecen frías perlas que adornan los cuellos de un femenino horizonte engalanado con la bruma.

Su gélido viento no siembra cosechas fructíferas, pero esconde un tálamo de simiente que hará crecer enramados brazos y arboladas plazas.

Un enero más para guardar entre las hojas de mi libro sin escribir; entre palabras caídas del último otoño y el primer amanecer de la próxima primavera.

Enero, esa blanca sábana arrugada que queda tras una frenética noche de deseo que se marchó y que sólo queremos volver a sentir.

Descubra más variedad de modelos en el interior...


Venga, entre. Pase sin avisar.
Hoy tengo jornada de puertas abiertas.
Estoy en exposición porque mi motor es silencioso y ofrece potentes prestaciones con un gran placer de conducción.
Nunca fui de segunda mano y siempre estuve muy bien cuidado.
Dormí siempre en garaje.
Tampoco sufrí accidente alguno y conservo todas mis piezas originales en buen uso.
Excelente terminación interior. Amplio habitáculo.
Matriculación exclusiva e impuestos de lujo incluidos.
Garantía de por vida.Certificado.
Y ahora...¿Te gusta conducir?

6 de enero de 2007

La lectora


Entregada a la más amada lectura, leyendo entre palabras lo que no sabe leer entre líneas, pasa la tarde.
No es importante que pasen las horas, le da igual, mientras que un libro permanezca junto a ella; tiene miedo de abrir los ojos y ver que no quedan letras más allá.
Escribe cartas inventadas para poder leerlas; nadie le escribe.

Se duerme cada noche escribiendo poemas mentales; porque sabe que las palabras que sueña las leerá durante el día.
Siempre tiene un juego para sus ojos, pasea sus pupilas de izquierda a derecha una y otra vez,como extrañando los renglones que le faltan para volver a un libro y desenmascararlo.

Sabe que todos le hablan, oye los susurros de cada libro cuando están cerca,
como un escalofrío le recorre todo su cuerpo; se cruza en su camino una librería y nunca se esconde ni se rinde.

Enfrentada a tantos elementos que le atraen cierra los ojos y se deja seducir por su instinto; juega de nuevo...
En un punto determinado abre los ojos y mira el primer libro que aparece ante su vista: - me has llamado- le dice.

Se dirige hacia él, lo toma entre sus manos y, abriendo el seleccionado ejemplar, va recorriendo con su vista varias hojas que le iran descubriendo el itinerario secreto por donde introducirse, entre las selváticas letras, hacia esas desconocidas palabras que alguien, un día cualquiera, escribió supuestamente para ella...
Entonces presiente que entre el libro y ella ha comenzado un nuevo y loco amor infinito...

5 de enero de 2007

La casa invita...


Pues eso..., que me ha dado cosa que estemos pasándolo genial en la “casa-blog” de Juan Cosaco y me dije - hay que organizar otra reunión –
Así que he pensado que como a nadie le amarga un dulce yo os invito en la mía a Roscón de Reyes o lo que gustéis; y después seguimos con lo que se os ocurra...

¡Pasad...,estáis todos invitados!

4 de enero de 2007

¿Qué te hace ser optimista?


Según he leído en el blog del pensador y divulgador científico Eduard Punset, todos los años hay una reunión de científicos promovida por una fundación cuya finalidad es promulgar la discusión científica, filosófica, artística y literaria, además de fomentar los logros sociales e intelectuales de la sociedad.

Cada año dicha reunión se basa en una pregunta distinta que se les formula a sus socios...
Y la de este año es la siguiente: “¿En torno a qué eres optimista?”
Y se me ha ocurrido proponérosla a vosotros, porque por nuestro mundo virtual también pasan mentes tan prodigiosas como las que asisten a la reunión citada anteriormente.

Así que estamos dispuestos a leer vuestras distinguidas y respetables opiniones, si es que queréis colaborar con la causa.

Espero no estar siendo demasiado optimista al pensar que aportaréis vuestro granito de arena para ser capaces de averiguar si hay razones suficientes para que seamos o no optimistas.
Y tú,¿en torno a qué eres optimista?

3 de enero de 2007

De viaje...


Hoy,como siempre, mientras viajaba, mirando a través de una de las ventanillas, podía ver el sol ocultándose entre cálidos reflejos invernales; por la otra, veía una luna inmensa y llena saliendo tras los montes; insultante, prepotente y hermosísima...
No tenia elección posible, la belleza me rodeaba...

Más allá, las luces de la ciudad se divisaban a lo lejos; pequeñas luminarias de colores pálidos me iban recordando que el viaje llegaba a su fin.
Me gusta observar todos los detalles, mientras mis pensamientos viajan a la velocidad de mi facilidad para quedarme absorta ante cualquier encuadre que me atrape...

El vuelo de un ave, el color de unas ramas, la luz de un ocaso; o la forma de una nube, un rostro que pasa y sucede que siempre acaba apareciendo mi fascinación por el mundo circundante.
Tengo alma de ave migratoria, con cada estación siento una llamada distinta.

Cada trayecto es un paisaje que nunca reconozco, aunque mil veces lo atraviese; mi mirada es una ventana que me abre la pasión por un mundo bello, sutil o despreciable...
No me gusta cerrar los ojos mientras el mundo, único y cambiante a la vez, me pasa por delante.
Nunca duermo mientras viajo, no sea que me pierda lo más hermoso de mi vida...

Sola



Hoy te habría hablado, si no fuera por tu indescifrable silencio mudo, por tu presente ausencia, por tu larga distancia junto a mí...

Hoy te habría deseado si no fuera porque tu frío vacío me erizó la piel.

Hoy te habría amado si no fuera porque, desde donde te busco, nunca llego a tiempo de encontrarte...

2 de enero de 2007

Ojalá vivieras...


Manual para identificar un poeta muerto

Mire sus dedos
deben tener huellas de apagar hace poco
una radio
de tocar una flor
de mezclar una pócima con fuerte dosis de esperanza
analice sus genitales
nueve de cada diez
hace treinta minutos hizo el amor

abra sus ojos
todavía la luz de una estrella
le ilumina la muerte
su corazón no palpita pero busca
su perro no sabe dónde ir
sus canciones todavía suenan
la hierba ya comienza a secarse
recoja su último poema de sus manos
ah
y no le dé la espalda
está muerto pero no está vencido.

José María Zonta

Renovarse o morir...



Una fresca corriente de aire se pasea por los renovados pasillos, las voces hoy también se presienten, ajetreadas entre el ir y venir de viajeros del consumo.
Los equipajes, las despedidas y abrazos atemporales se quedaron suspendidos entre secuencias lineales del tiempo, entre mártires de la espera y recuerdos caducos.
Nada de ese reflejo permanece ya en las pupilas que miran una nueva escena.
Desde donde partieron tantos trenes de esperanzas, sueños y tristezas hoy solo queda un bullicio parecido al trajín de la vieja estación...
El trasiego de gente se convierte en un tumultuoso sonido de vieja locomotora que nos hace creer que, desde las vías muertas, aún podemos partir hacia un rumbo nuevo...

(Esta antigua estación de trenes de Sevilla dejó de funcionar hace años y se transformó en un centro comercial más.)